Los
puros selectos deberían tratarse como los mejores vinos,
ya que son igualmente sensibles al entorno. En realidad,
son los frutos maduros de una combinación rigurosamente
controlada de temperatura y humedad. Los puros son
biológicos y no sobreviven bajo condiciones adversas a la
planta que fueron en su día; por eso deben conservarse en
condiciones parecidas al las que tuvo el tabaco durante su
cultivo, fermentación y su torcido. Los puros, quizás los
objetos más preciosos, deben guardarse en un lugar oscuro
y con menores variaciones climáticas posibles, es decir,
en un humidor. En el interior de un humidor existe un
microclima, en el que el grado de humedad no es uniforme,
pese a los orificios o ranuras dispuestos para que circule
el aire y no se deformen las tablillas y los
contrachapados; todo esto permite "gestionar" su humidor,
colocando los puros más secos lo más alejado posible de la
fuente de humedad para que se hidraten lenta y
uniformemente.
La conservación de los puros es una de las claves de la
experiencia de fumar e influirá decisivamente en el tiro,
el sabor y la combustión. En realidad, el mayor problema
que encontrará para conservar sus puros será el de poder
estabilizar la temperatura entre 16º y 18º, ya que los
humidores no contienen un mecanismo destinado a tal fin,
como en el caso de las cavas. Esto no obstante, debe tener
claro que un humidor es una sabia inversión, que le
compensará con un buen mantenimiento de sus puros.
¿Qué es un humidor?: es una caja o un recipiente
que,aunque cerrado, se construye para permitir una mínima
ventilación, y está dotado de un dispositivo para mantener
en su interior una humedad relativa constante y un
mecanismo que mide la humedad, llamado higrómetro. Por
fuera, estará construido como un buen piano: con bisagras
y una tapa firme, equilibrada y que no vuelque la caja.
También se le conoce con el nombre de humectador.
La temperatura a que deben almacenarse los puros
oscila entre 16 a 18 grados y una humedad relativa del 70
al 72 por ciento; esta recreación del clima tropical evita
que éstos se vuelvan secos y frágiles, y consigue
conservarlos durante más tiempo. El humidor es una fuente
permanente de humedad y de presión atmosférica. Todos
disponen de un sencillo dispositivo
(higrostato), que suele consistir en una esponja o tubo
plástico, que libera lentamente la humedad; antiguamente
se utilizaban corazones de manzana y/o papa detalladamente
limpia.
¿Qué
humidor elegir?: 1º.- La capacidad: debe
ser adecuado a la cantidad y tamaño de los puros que desee
guardar (no tenga en cuenta si está destinado a 50, 100,
150 ó más unidades, puede que sean de vitolas de menor
tamaño que las que vd. fuma normalmente). De todas formas,
cómprelo de un tamaño algo mayor del que haya previsto en
un principio. 2º.- Su construcción: examine si las
ensambladuras son perfectas o las esquinas no están bien
cuadradas, no lo compre; preste también atención al
reborde del cierre y a la tapa, que deben encajar bien,
pero no herméticamente (ya que el aire debe renovarse);
rechace los que presentan alguna deformación visible. 3º.-
El peso: debe estar compensado, una tapa muy pesada puede
ser un inconveniente, abierta en exceso arrastraría el
cuerpo del humidor desparramando los puros y poco abierta
podría pillarle los dedos. 4º.- El higrostato: nos
decantamos por la esponja, pero lo importante es que no se
olvide de rellanarlo con agua periódicamente. |
5º.- Su
interior: a ser posible elija uno forrado con madera de
cedro, ya que tiene propiedades llamadas higroscópicas
(absorbe y libera humedad) y favorece la fusión de los
tabacos que componen el puro; las bandejas facilitan la
organización y rotación de los cigarros. 6º.- Su
transportabilidad: los humidores de mayores dimensiones
deberían llevar asas, por si hay que desplazarlos para
ofrecer a los invitados. 7º.- Su seguridad: nunca está de
más un cerrojo o una cerradura
(deje siempre un juego de llaves fuera...).
¿Cómo cuidar su humidor?: solo debe tener en cuenta dos
reglas: mantener la tapa o
puerta cerradas y rellenar periódicamente el higrostato.
Utilice agua destilada, ya que el agua del grifo suele
contener sales minerales que pueden alterar las
propiedades higroscópicas de su humidor. No lo exponga al
sol, sobre el radiador o cerca de un aparato de aire
acondicionado; en el primer caso,
deformarían la madera en los otros dos, le harían trabajar
en exceso para mantener la humedad estable.
Los escarabajos del tabaco: aunque se fumiga durante su
elaboración,sus huevos pueden permanecer latentes en el
interior y provocar estragos si logran salir del huevo con
el calor del humidor. Examine todos los puros para
detectar los agujeros y elimine los que están dañados.
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Evite otras posibles infectaciones, guardando los puros
sanos en el congelador y dentro de una bolsa de plástico;
antes de devolverlos a temperatura ambiente, téngalos unos
días en el congelador (unas 48 horas) y 24 horas más en el
frigo. El cambio de temperatura debe ser gradual o, si no,
la capa de los puros puros se desprenderá. Limpie bien el
humidor para que vuelva a ser un lugar seguro.
Otro problema, el moho: de color verde azulado y aspecto
desagradable. Si esto ocurre deberá sacrificar los puros
afectados, así como limpiar a fondo y airear el humidor. A
veces, como resultado de los aceites que emanan los puros
al envejecer, aparecen manchas grisáceas o blanquecinas en
la capa. En estos casos, limpie las manchas con un paño
suave.
¿Cómo recuperar los puros secos?: a veces es posible
recuperarlos si se mantienen durante varias semanas en un
buen humidor. Desplace, de forma gradual, de las esquinas
al centro.
Otras posibilidades de conservación: * en un recipiente de
plástico junto con una bolsa de plástico con una esponja o
servilleta de papel humedecida dentro. * Los frigoríficos
que no producen hielo no son aceptables, pues eliminan la
humedad.
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